Adaptarse al cambio

Los cambios nos incomodan, nos estresan, nos angustian, deseamos en nuestro interior que todo se quede tal cual, que nada cambie, que todo permanezca imperturbable, sin querer comprender que la vida es un constante cambio y que nos lo demuestra continuamente…acaso no cambia nuestro cuerpo? no vemos cada día crecer a nuestros hijos? O acaso las plantas de nuestra terraza o jardín no nos demuestran que el cambio es continuo e inevitable.
Entonces lo mejor que podemos hacer cuando vemos que nuestros planes tiene que ajustarse, que la vida parece injusta y no nos deja tranquilos, es recordar que la vida es un constante cambio entre una etapa y otra.
Desde allí podemos pararnos firmes para actuar y lograr lo que queremos sin tener que esperar a que todo esté en absoluto orden, sino que permitiéndonos ser flexibles y fluir con el cambio.
Nuestro consejo:
Acepta la situación que tienes frente a ti. Mientras más te resistas y reniegues de la situación que enfrentas… Más difícil te será manejarla o superarla.
Conserva la calma. No permitas que tus emociones nublen tu razón, impidiéndote conservar la claridad mental necesaria para analizar la situación de manera objetiva. No te desesperes, tómate el tiempo necesario para analizar el pro y el contra de la situación.
Evita suponer lo peor. La mayoría de las veces hacemos el ejercicio inconsciente de comenzar a imaginar todo lo negativo que nos puede suceder al encontrarnos en una situación nueva e inesperada. En ese momento, nuestros pensamientos se vuelven negativos y esto contribuye a aumentar la tensión y el temor.
La vida está constituida por cambios, unos gratos otros no, pero tienes que aprender a enfrentarlos y sacar de ellos el mejor aprendizaje posible. ¡Inténtalo y continúa!
Y tu ¿ a qué gran cambio te has tenido que enfrentar?