Rutina para calmar los pensamientos obsesivos

¿Sueles recordar una y otra vez las situaciones negativas que te han sucedido? ¿Tu mente repite una y otra vez momentos en que te han lastimado o te has sentido dolido? ¿Incluso aunque hayas tenido un buen día solo te quedas centrado en esa mala contestación de tu compañera estresada?
Esto se llama rumiar y no suele ofrecer nuevas perspectivas sobre un problema, todo lo contrario, ya que intensifica nuestras emociones negativas y solo te centras en lo negativo.
Por eso si algo te está obsesionando deberías aprender a preocuparte de una forma más eficiente.
Nuestra rutina para esta semana:
Elige un momento del día en que puedas dedicarte a pensar ininterrumpidamente por lo menos 15 a 20 minutos sobre el problema que tantas emociones negativas te esta obsesionando. Pon el cronómetro para calcular exactamente el tiempo.
Una vez preparado cierra los ojos e imagina que sacas de un cajón tu preocupación. Abre los ojos y empieza a preocuparte, a darle vueltas. Si te ayuda, dibuja o apunta pensamientos en un papel, preocúpate a fondo, busca soluciones o acciones que podrías realizar.
Finalizado el tiempo para, cierra los ojos nuevamente e imagina que vuelves a poner tu preocupación en el cajón y no que volverás a abrir hasta el día siguiente.
Para finalizar y no caer en la trampa de volver a pensar en el problema, llama a un amigo, ve a hacer deporte o ponte a cocinar mientras escuchas la canción que más te gusta.
Mañana será otro día y ya tendrás el mismo tiempo para preocuparte sobre el tema.